El Atlético le ha hecho un favor al Madrid. Aunque parezca que con el fichaje de Reyes le devolvía la jugarreta del verano pasado, en realidad le ha quitado un peso de encima. ¿Por qué? Muy sencillo. La temporada del sevillano en el campeón de Liga no fue para tirar cohetes, en líneas generales no se ganó la renovación. Sin embargo, sus dos goles en el decisivo partido ante el Mallorca le convirtieron en héroe por accidente. Los responsables blancos se encontraban casi ante el compromiso de no dejar marchar a un jugador que había aparecido en el momento justo para salvar la temporada. Sin embargo, esa circunstancia no puede ser suficiente para mantenerlo entre las piezas del proyecto de Schuster y el Atlético ha llegado al rescate para solucionar las dudas. Si hubiera contado firmemente con el jugador, hace tiempo que habrían cerrado un acuerdo con el Arsenal que quería quitarle al andaluz de encima como fuera.
Pero al margen del favor rojiblanco, Reyes se va a encontrar con un ambiente muy hostil. El sábado por la noche, cuando el fichaje sólo era un rumor en las gradas del Calderón, se empezaron a escuchar los primeros cánticos de desaprobación a la llegada del zurdo. No es su pasado madridista el que disgusta a ciertos sectores de la afición, porque ya hay muchos casos de ex vecinos que han jugado sin problema en las filas rojiblancas (Schuster, Losada, Esnaider, Jurado...). El problema de Reyes es que rechazó al Atlético por jugar en el eterno rival, algo que ofendió a la afición y a la directiva atlética. Cerezo y Gil Marín parecen haberlo olvidado, pero los aficionados ya dejaron muestras de que no. Pero ya se sabe cómo es esto del fútbol. Si mete el gol del triunfo en el Bernabéu, lo querrán como si fuera atlético de toda la vida.
P.D. El otro día discutía con José Félix Díaz y Javier Jiménez Vaquerizo, director de Fórmula Marca, sobre la convocatoria de Forlán y Agüero para jugar ante el Gloria Bistrita. Ellos denunciaban que Aguirre había menospreciado al resto de la plantilla, que sin ellos tenía que haber equipo suficiente para eliminar a los rumanos. Yo les decía que el Atlético se jugaba media temporada y no había espacio para los sentimentalismos. No quiero pasarme de listo, pero menos mal que Aguirre no tuvo corazoncito y puso a toda la artillería.
Pero al margen del favor rojiblanco, Reyes se va a encontrar con un ambiente muy hostil. El sábado por la noche, cuando el fichaje sólo era un rumor en las gradas del Calderón, se empezaron a escuchar los primeros cánticos de desaprobación a la llegada del zurdo. No es su pasado madridista el que disgusta a ciertos sectores de la afición, porque ya hay muchos casos de ex vecinos que han jugado sin problema en las filas rojiblancas (Schuster, Losada, Esnaider, Jurado...). El problema de Reyes es que rechazó al Atlético por jugar en el eterno rival, algo que ofendió a la afición y a la directiva atlética. Cerezo y Gil Marín parecen haberlo olvidado, pero los aficionados ya dejaron muestras de que no. Pero ya se sabe cómo es esto del fútbol. Si mete el gol del triunfo en el Bernabéu, lo querrán como si fuera atlético de toda la vida.
P.D. El otro día discutía con José Félix Díaz y Javier Jiménez Vaquerizo, director de Fórmula Marca, sobre la convocatoria de Forlán y Agüero para jugar ante el Gloria Bistrita. Ellos denunciaban que Aguirre había menospreciado al resto de la plantilla, que sin ellos tenía que haber equipo suficiente para eliminar a los rumanos. Yo les decía que el Atlético se jugaba media temporada y no había espacio para los sentimentalismos. No quiero pasarme de listo, pero menos mal que Aguirre no tuvo corazoncito y puso a toda la artillería.
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