-. ULTRAMAN .-

01 octubre, 2007

GRANDÍSIMO BETTINI


El italiano Paolo Bettini se ha proclamado por segundo año consecutivo campeón del mundo. En un sprint final entre cinco corredores, el veterano transalpino se impuso en los últimos metros al ruso Kolobnev, que fue medalla de plata y al teutón Schumacher que acabó tercero. Samu Sánchez, el mejor español, fue séptimo.

El ciclista italiano Paolo Bettini revalidó la medalla de oro en el campeonato del mundo de fondo en carretera y los representantes españoles por primera vez en cinco años no estuvieron en el podio cuando partían como favoritos. Los acompañantes de Bettini, que invirtió en los 267,4 kilómetros 6 horas, 44 minutos y 43 segundos, en el podio del mundial fueron el ruso Alexandr Kolobnev y el alemán Stefan Schumacher que, respectivamente, fueron plata y bronce.

El triunfo de Bettini no fue ninguna sorpresa, ya que junto al español Óscar Freire, que no tuvo su mejor día, eran los principales candidatos al podio. Bettini fue el más astuto en la parte final y en uno de los pocos descuidos que tuvo el español se fue en busca del oro y con ello puso fin al sueño de Freire de convertirse en el primer corredor con cuatro títulos mundiales.


Los italianos dominaron de principio a fin


En esta ocasión fueron los italianos los que marcaron el ritmo en los momentos claves del campeonato y al mismo tiempo hacer un exhaustivo marcaje al español Freire que, aunque estuvo bien arropado por sus compañeros, nada pudo hacer cuando Bettini y los suyos tensaron la carrera a falta de un par de vueltas, unos 40 kilómetros para el final.

Un final muy duro por los continuos cambios de ritmo y un buen recital de estrategias y tácticas de los italianos con muchas bazas que jugar, pues tanto Rebellin, como Pozzato y Ballan durante algunos momentos cobraron varios metros de ventaja y con ello obligaron a trabajar a sus rivales más directos, especialmente los españoles, táctica que terminó por mermar las fuerzas de Freire y compañía.

Si el final fue explosivo, el comienzo fue, como casi siempre, monótono y tedioso, especialmente por parte de los favoritos, pues el pasar una y otra vez por el mismo escenario, en catorce ocasiones, se hace aburrido. Como si fuera un calco de otras ediciones fueron los modestos, los representantes de selecciones consideradas de segunda fila los que acapararon el protagonismo al pedalear con algunos metros, kilómetros en el mejor de los casos, sobre los candidatos al podio.


El grupo se movió a falta de 70 kilómetros


El letargo y aburrimiento de los Freire, Valverde, Bettini, Ballan, Schumacher o Schlek llegaba a su fin en el tercer tercio de la carrera a falta de unos 70 kilómetros para el final. Los escuderos de los favoritos al podio en la salida, de los mencionados Freire, Valverde y Bettini comenzaron a tomar posiciones y con ello a endurecer el ritmo para ir eliminando a corredores que, sin contar mucho en los pronósticos iniciales, podían ser peligrosos.

Una táctica que no daba resultado a pesar de los continuos cambios de ritmo que impusieron los italianos, sin duda los más activo, pues en varias ocasiones en cabeza de carrera había hasta cinco compañeros de Bettini, como Bertolini, Rebellin, Cunego, Tossato y Ballan, que pusieron a prueba a los españoles subiendo la cota de Kragerwald, la más dura de las tres que tenía el circuito.

Los tirones de Ballan encontraban pronto respuesta en los escuderos de Freire y tanto el campeón nacional español Joaquín Rodríguez como el debutante en la selección Carlos Barredo salieron a por él, recuperando la tranquilidad y sirviendo de rampa de lanzamiento para otros corredores caso del francés Turpin que por algunos momentos viajó con varios metros de ventaja sobre el pelotón principal compuesto por una cuarentena de ciclistas.


Tensión en el final de carrera


A la hora de la verdad italianos y españoles, principalmente, con los alemanes como invitados de honor por aquello de estar en casa, empezaron a descubrir sus bazas para que sus líderes llegarán colocados lo mejor posible para el presumible sprint. Rebellin se quedó en cabeza y poco después se le unió el ruso Kolobnev; mientras que Joaquín Rodríguez no pudo seguir el ritmo de estos e hizo de puente durante muchos segundos entre el dúo puntero y el grupo de Freire y Bettini que seguían sin inmutarse y vigilándose estrechamente.

El comienzo de la última ascensión fue el detonante, pues Rebellin seguía con algunos segundos y poco después salieron del grupo ocho corredores más, entre ellos sus compatriotas Pozzato y Bettini, sin que los españoles acertaran a reaccionar a pesar de los intentos de Sánchez por unir el grupo de Freire.

La selección definitiva estaba hecha y Samuel Sánchez al ver que Freire quedaba descolgado, intentó dar de rueda a los italianos, especialmente a Bettini. Lanzó un par de tirones que no fueron a ninguna parte y lejos de dejar a Bettini, fue él quien se quedó. Bettini apretó los dientes para aumentar la ventaja sobre un equipo nacional español que no acertaba a reaccionar acusando cierto nerviosismo y cansancio.


Bettini sentenció

El italiano manejó a su antojo la escapada, imponiendo un fuerte ritmo cada vez que miraba hacía atrás y por el rabillo del ojo veía al grupo de Freire y tras lograr perderlo nuevamente se iba atrás del grupo donde estaban también el ruso Kolobnev, el alemán Schumacher, el australiano Evans y el luxemburgués Schleck invitándoles a colaborar moviendo continuamente su mano.

En los metros finales Bettini no quiso iniciar el esprint y se dejó llevar, aunque esa confianza a punto estuvo de costarle el título, pues el ruso Kolobnev le había ganado la posición y con ello obligó a Bettini a hacer un esfuerzo extra para llevarse su segundo título consecutivo.

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